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viernes, 23 de septiembre de 2011

AYAHUASCA

CAPITULO SEGUNDO:
"Los Antropólogos y Los Chamanes"

Era extraño para Narby entender que el conocimiento botánico de las tribus amazónicas que sorprendía a los etnobotánicos, se basaba en las visiones o "alucinaciones" producidas por la ayahuasca.

Aquí transcribo lo que Narby describe acerca de la composición de la ayahuasca:

La primera Contiene una hormona que el cerebro humano produce naturalmente, la dimetiltriptamina, que, sin embargo, es inactiva por vía oral, puesto que está inhibida por una enzima del aparato digestivo, la monoamino oxidasa. Ahora bien, la segunda planta de la mixtura contiene precisamente varias substancias que protegen la hormona del asalto de esa enzima. Esto ha hecho decir a Richard Evans Chultes, el etnobotánico más renombrado del siglo XX: "Uno se pregunta cómo pueblos de sociedades primitivas, sin conocimiento ni de química ni de psicología, han logrado encontrar una solución a la activación de un alcaloide vía un inhibidor de monoamino oxidasa. ¿Por pura experimentación? Tal vez no. Los ejemplos son demasiado numerosos y podrían aún ser más con investigaciones suplementarias.

He aquí, pues, gente sin microscopio electrónico ni formación en bioquímica, que selecciona, entre las aproximadamente ochenta mil especies amazónicas de plantas superiores, hojas de un arbusto que contienen una hormona cerebral precisa, las cuales combina con una substancia bloqueadora de la acción de una enzima precisa del aparato digestivo, encontrada en un bejuco, con el fin de modificar deliberadamente su estado de conciencia.


Es como si ellos conociesen las propiedades moleculares de las plantas y el arte de combinarlas.

Y cuando se les pregunta cómo saben esas cosas, responden que su saber proviene directamente de diversas plantas alucinógenas.


Son pocos los antropólogos que han prestado interés a este tipo de declaraciones y es por ello que la mayoría de ellos se han quedado sin entender lo esencial de estas culturas tribales.

Narby se refiere en este capítulo a la incidencia de los antropólogos en la interpretación de lo que es chamán y la transferencia de sus limitaciones a los chamanes, a lo largo de la historia.

Para los primeros antropólogos en el siglo XIX, los chamanes, que en el caso de la Amazonía peruana serían los ayahuasqueros, que eran extremadamente ignorantes e ineficaces.

En ese entonces los estudios antropológicos estaban en sus inicios y existía un desconocimiento total del objeto de estudio.

Luego con la llamada "Antropología Moderna" se intentó analizar a los nativos como si fueran fórmulas de laboratorio. Esto porque los antropólogos buscaban ser considerados científicos.

Cuando la antropología pretendía establecerse dentro de la comunidad científica, cuenta Narby; "su objeto de estudio, esos primitivos vivientes fuera del tiempo, se puso a derretir como nieve al sol".

En efecto, se volvía más y más difícil encontrar "verdaderos" indígenas que no hubieran tenido jamás contacto con el mundo occidental".

Luego de esa incongruencia de la antropología se entiende que la antropología sólo puede interpretar.

El termino chamanismo a partir del siglo XX es inventado por los antropólogos para clasificar a las prácticas difíciles de entender de los grupos "primitivos".

La palabra "chaman" proviene de la Siberia.

En la lengua tungús un "saman" es una persona que golpea un tambor, entra en trance y cura a la gente. Para los primeros observadores rusos, cuenta Narby, "eran enfermos mentales".

Ahora se sabe que estas personas, con autoridad dentro de una comunidad tribal, llamadas por los antropólogos "chamanes" son reconocidas por su conocimiento y detrás de esas actividades aparentemente irracionales no existe sino un saber ancestral.

Así dice Narby: "Esta visión de chamán ordenador se volvió el credo de una nueva generación de antropólogos. De 1960 a 1980, las autoridades más instituidas de la disciplina han definido al chaman, ante todo, como un creador de orden, un maestro del caos o un evitador de desorden.

Por cierto, las cosas no han sucedido así tan simplemente. Hasta fines de los años 60, algunos sobrevivientes de la vieja escuela han seguido afirmando que el chamanismo era una enfermedad mental. A partir de la década del 70, hubo asimismo un nuevo discurso que presentó al chamán no solamente como un creador de orden, sino también como un especialista de toda clase de oficios -que era, a la vez "médico, farmacólogo, psicoterapeuta, sociólogo, filosofo, abogado, astrologo y sacerdote". Finalmente, en el curso de los años 80, ciertos iconoclastas han afirmado que los chamanes, ante todo, ¡eran creadores de desorden!.

Entonces, ¿qué son los chamanes? ¿Esquizofrénicos o creadores de orden? ¿Hombres que hacen de todo o creadores de desorden?.

Me parece que la respuesta está en el espejo. Me explico: cuando la antropología era una joven ciencia naciente, todavía no conforme consigo misma, inconsciente de la naturaleza esquizofrenica de su metodología, el chamán fue percibido como un enfermo mental. Luego, cuando la antropología ("estructural") pretendió acceder al rango de ciencia y los antropólogos se ocuparon de encontrar el orden en el orden. El chamán se ha vuelto creador del orden. Desde que la disciplina vive una crisis de identidad ("postestructural"), no sabiendo más si es una ciencia o una forma de interpretación, el chamán se ha puesto a ejercer toda suerte de oficios. Finalmente, ciertos antropólogos han comenzado recién a volver a cuestionarse la búsqueda obsesiva de orden de su disciplina, y han visto chamanes cuyo poder reside precisamente en "minar la búsqueda del orden".

Parecería así que la realidad que se esconde detrás del concepto del "chamanismo" refleja sistemáticamente la mirada del antropólogo, cualquiera que sea su ángulo de enfoque".
Ensayo del Libro La Serpiente Cósmica de Jeremy Narby por Patricia Burgos
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