EL OJÉ
Lunes,17 de Octubre del 2011.
Nombre/Name: Ojé
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Nombre cientifico/Sciencific Name: Ficus insipida
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Familia: MORACEAE
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Usos:
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Es planta maestra. Depurativo de la sangre: Tomar el látex mezclado con aguardiente. Anemia: Tomar el cocimiento de las hojas. Dolor de muelas: Aplicar el látex en la zona afectada. Fiebre: Tomar el cocimiento de las hojas. Mordedura de serpiente: Aplicar el látex sobre la zona afectada. Picadura de hormiga y raya: Aplicar el látex fresco en las picaduras. Reumatismo: Aplicar el látex en la zona afectada.
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Árbol de resina medicinal, conocida en la selva como “leche de ojé”. Es muy eficaz contra la parasitosis y excelente tónico reconstituyente en los casos de anemia. Abunda en las orillas de rios y cochas. Es el remedio infalible de los pobres.
Entre los primeros habitantes de la Amazonía, había una humilde familia que vivía en las orillas de un afluente del rio Marañón, muy alejada de los pequeños caseríos que por entonces se iban formando en diferentes lugares de la selva.
La familia tenía numerosas hijos y el último de éstos era un chiquillo de siete años, llamado cariñosamente Rafito (diminutivo de Rafael) muy vivaracho y conversador. Este chico tenía el vientre bastante abultado, señal inequívoca de la parasitosis y los síntomas de una fuerte anemia que se revelaba en su carita que tenía una palidez de muerte.
Día a día ssus amles iba en aumento y su saliud se vió bastante afectada. Ya no era el chico que correteaba por todas partes; podía bajar al puerto porque sentía mucho cansancio; ya no le gustaba ir a la quebrada cercana a pescar con anzuelo; en fin, poco a poco, se le iba la vida, mientras sus padres, impotentes para cuidarlo, lloraban silenciosamente todas las noches, pidiendo a Dios que les ayudara a salvar la vida al hijo querido.
Una tarde, el niño, sobreponiéndose a los males que le dominaban, se levantó del rincón dodnd eestaba postrado, tomó su anzuelo y se dirigió lentamente a la quebarada donde pescaba siempre, que se encontraba a unos cien metros de su choza. En ese momento nadie se percató de su ausencia.
Al rato de encontrarse sentado sobre un tronco, bajo un frondoso árbol que siempre le protegía de los rayos solares, a la orilla de la quebrada, con la varandilla de pescar en la mano y el anzuelo ya en el agua, sorpresivamente se le presentó por la espalda una viejecita de cabellos canos, carita blanca y ojos azules, con na sonrissa bondadosa que, tocándole suavemente el hombro, le dijo con dulzura: Hijito, tú estás muy enfermito y yo te voy a curar. Deja el anzuelo y voltéate hacia mí. El chico parecía hechizado ante la presencia de la anciana y obedeció sin decir palabra y sin temor alguno.
Entonces su inesperada protectora siguió diciéndole: Mira hijito, vas atomar de mi leche en la forma como te voy a indicar. Dame tu cuchillo y acércate a este árbol que te está proetegiendo del sol, pero antes labva este pequeño “pate” (vasija) en que has traído los “empates”. (carnada)
El chico hizo todo lo que le dijo casi automáticamente. Luego, colocados ambosfrente al árbol que le había señalado, la viejecita pegó un corte diagonal sobre la corteza e instantáneamente comenzó a brotar una leche blanquísima que ella fue recogiendo en el recipiente hasta calcular el contenido de una cuchara grande. Acto seguido le dijo al chico, presentándole la vasija: Tómalo de un solo trago y anda enjuágate la boca en la quebrada. A su regreso le dijo: Esto vas a hacer diariamente, durante ocho días consecutivos y pronto desaparecerá ese abultamiento de tu barriga. Mañana vienes trayendo una vasija con tapa y recoges abundante leche, hasta llenarla, dándole varios cortes al árbol. Esa leche guárdala bajo tu cama en la misma vasija o en otro recipiente bien cerrado durante 15 días. Después de ese tiempo la sacas y vuelves a tomarla en la misma medida que ahora te he dado, pero tienes que hacerlo tres veces al día, durante 30 días seguidos. Esta bebida te devolverá tus fuerzas y volverás a ser como antes, activo y juguetón. Y para que reconozcas siempre este árbol entre los demás de la selva, aquí voy a dejar esta marcas que lo identificarán por el resto del tiempo. Diciendo esto, con el cuchillo que todavía lo tenía en sus manos, marcó en la corteza, muy claramente, estos dos símbolos: O – G cuyo significado hasta hoy sigue en el misterio. Hecho esto, desapareció comompor encanto tal como vino.
Extrañamente para su edad, Rafito no se asustó y regresó al momento a su casa a contar a sus padres y hermanos lo que le había acontecido con la buena anciana a quien jamás vio antes, ni en sueños. Estos, casi incrédulos, al pensar que sólo fue una pesadilla del chico alñ quedarse momentáneamente dormido a la orilla de la quebrada, corrieron a comprobar los hechos y congran sorpresa vieron efectivamente el corte y la marca n el árbol, que, desde ese momento y hasta nuestros días, es conocido como el “árbol de ojé” y su resina como “leche de ojé”.
A su regreso, todos sus familiares aseguraban, a pie juntillas, que a Rafito se le presentó milagrosamente la “madre del ojé” para curarle con su propia leche.
Los padres dando gracias a Dios por este portento que consideraban divino, cuidaron celosamente que le niño cumpliera fielmente todo lo que la anciana le indicó.
El prodigio no se hizo esperar; pues durante los días que tomaba la leche fresca, arrojaba con las heces gran cantidad de lombrices y otros parásitos intestinales que estaban consumiendo al pobre niño. Tres meses después de haber tomado la leche guardada como el había indicado su hada protectora, el chico se puso lleno de vida; robusto sano y alegre; dejando atrás definitivamente esos dias tristes de agonía.
Así quedó consagrada para siempre la bondad de la “leche de ojé” como remedio infalible para los pobres.
Reflexión: ¿Cuántas otras hadas buenas estarán esperándonos para mostrarnos la bondad de tantas otras plantas medicinales aún desconocidas por el hombre?
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